La educación es la transmisión de conocimientos para la formación intelectual, moral y afectiva de las personas. Además, se trata de un derecho que todos tenemos pero que, a pesar de serlo, supone un coste que debemos asumir de una manera u otra. El Estado se encarga de parte de este coste y, por lo tanto, también decide cuánto es y cómo se distribuye el dinero destinado a la educación.
Precisamente este tema se trató en clase, ya que posee gran importancia y es amplia la polémica que gira en torno a él. Dos de las preguntas a debatir fueron: ¿Se conceden las mismas oportunidades económicas a todos los alumno?
Antes de responder a la pregunta, me voy a detener en los recortes en educación. Este es un tema inevitable cuando hablamos del reparto de presupuesto por parte del Estado, ya que en la situación actual de crisis económica en España, son numerosos los recortes que se han realizado en nuestro ámbito. En mi opinión, se debería ser muy cuidadoso con el dinero que se destina a la educación, ya que cualquier actuación afectará directamente a los alumnos. Y, puesto que ellos son la clave de las nuevas generaciones, considero que no se debería jugar con nuestro futuro.
Sin embargo, se han realizado numerosos recortes económicos en cuanto a personal docente, salario de profesores, dinero dedicado a los centros escolares y un largo etcétera que ha desembocado, probablemente, en una enseñanza de menor calidad. Ante esto, los profesores pierden esperanza y motivación ante su trabajo y los alumnos se están viendo gravemente perjudicados.
Uno de los aspectos en los que se han visto afectados, sobre todo en los últimos años, es el referido al programa de becas. Se trata de las ayudas económicas que el Estado proporciona a los estudiantes para contribuir con los gastos de su educación. Estas ayudas son especialmente importantes para los estudiantes que, como yo, se encuentran cursando estudios postobligatorios. Pues bien, debido a los recortes económicos el dinero destinado a las becas ha ido disminuyendo a lo largo de los años, provocando que muchos estudiantes se queden sin ayuda o reciban cantidades de dinero que no suponen ni una cuarta parte de los gastos que tienen que afrontar. Como consecuencia de ello, se dan casos de estudiantes que no pueden continuar sus estudios o que tienen que trabajar para pagarse su formación.
Como conclusión diría que, bajo mi punto de vista, no se conceden las mismas oportunidades a todos los alumnos. Lo pienso porque, si fuera así, algunos alumnos no tendrian que abandonar sus carreras universitarias al no contar con los recursos económicos suficientes. En esos casos, el Estado se encargaría de proporcionarle las ayudas necesarias. En mi opinión, lo ideal sería tener en cuenta la situación de cada alumno para averiguar en qué medida necesita o no una ayuda económica.
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