Como en otras entradas, hoy vuelvo a tratar el tema de las relaciones entre la escuela y las familias de los alumnos. Sin embargo, esta vez me centraré en dos opciones que están al servicio de dicha participación. Se trata de las escuelas para padres y de las AMPAS.
En primer lugar, las escuelas para padres son programas destinados a ayudar y orientar a los padres en su tarea como educadores de sus hijos. Estos programas son iniciativas que los centros emprenden de manera individual, es decir, no se trata de una institución del Estado. Además, en las escuelas para padres se tratan temas que ellos mismos eligen y se intenta aconsejar y poner soluciones a los posibles problemas que se planteen en la educación de los hijos.
En segundo lugar encontramos las AMPAS, o lo que es lo mismo, las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos. Estas entidades se encargan de representar los intereses de los padres, madres y tutores legales de los alumnos en los centros escolares. Por lo tanto, también es una forma de participación por parte de las familias en la educación de sus hijos y, más concretamente, en la educación que reciben en la escuela.
En mi opinión, ambas opciones son interesantes y pueden suponer de gran ayuda para las familias de los alumnos. Por una parte, las escuelas para padres me parecen importantes ya que la función de los padres no es solamente criar y cuidar a sus hijos, sino también educarlos y, en muchas ocasiones, la segunda parte resulta difícil para las familias: o bien porque carecen de orientación y no saben bien cómo afrontarlo, o bien porque no lo consideran su tarea y lo dejan en las manos de los profesores y la escuela. La oportunidad de solventar este problema, junto con otros, mediante el diálogo y la posibilidad de compartir experiencias con otros padres considero que es muy productiva para ellos.
Por otra parte, las AMPAS también me parecen esenciales porque permiten la participación, digamos, "oficial" de las familias en la organización y el funcionamiento de los centros. Además, las AMPAS fomentan y colaboran con numerosas actividades escolares y extraescolares de los alumnos, acercándose por lo tanto a la educación de sus hijos.
Por otra parte, las AMPAS también me parecen esenciales porque permiten la participación, digamos, "oficial" de las familias en la organización y el funcionamiento de los centros. Además, las AMPAS fomentan y colaboran con numerosas actividades escolares y extraescolares de los alumnos, acercándose por lo tanto a la educación de sus hijos.
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